Amaretto di Matilde

Matilde Vicenzi nos ha preparado su Amaretto di Matilde durante más de 110 años: con su forma redonda y su sabor característico, el amaretto es una de las galletas de la tradición italiana más célebres y apreciadas en todo el mundo.

Aunque la receta ya era muy popular en la Edad Media y el Renacimiento, el Amaretto d’Italia de Matilde Vicenzi ha sido el primero el Italia en obtener la certificación de producto.

En 1905 Matilde Vicenzi comenzó a producir el Amaretto d’Italia en un pequeño obrador en San Giovanni Lupatoto (provincia de Verona), y en 1968 su nieto Giuseppe Vicenzi dio los primeros pasos hacia la producción industrial, comprando la primera línea automática de la empresa.

CITA DEL PRESIDENTE:

«Uno de mis mejores recuerdos es cuando mi abuela Matilde, en las frías noches de invierno, nos reunía después de cenar para envolver los amaretti de dos en dos, con el mismo material que utilizamos aún hoy».

Según la receta italiana tradicional, las galletas Amaretto di Matilde llevan azúcar, claras de huevo y un ingrediente especial: semillas de albaricoque, que le confieren su típico sabor agridulce, capaz de conquistar hasta los paladares más refinados.

La textura crujiente y el sabor delicioso de las galletas Amaretto di Matilde hacen que sean perfectas para una merienda en cualquier momento del día, o como toque especial para tus increíbles recetas dulces.

La gama Amaretti d’Italia incluye las galletas Soft Amaretto: preparadas según una golosa receta con el 40% de almendras, el 20% de almendras dulces sin piel y el 20% de semillas de albaricoque.

Al igual que muchas otras especialidades italianas, las galletas Soft Amaretto siguen un proceso regulado por estrictas directrices que garantizan estándares de alta calidad. Los ingredientes de este pastel dulce de masa blanda son pocos y muy simples, por lo que el secreto reside en mezclarlos siguiendo las proporciones adecuadas, una habilidad que solo se adquiere con una gran experiencia.

¿Por qué elegir las galletas Amaretti? 

  • forma pequeña y redonda, tamaño bocadito
  • sabor agridulce gracias a las semillas de albaricoque
  • textura crujiente

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